Causalidad

La causalidad describe la relación que existe entre dos o más elementos, donde el cambio en uno de ellos  provoca cambios en el otro. La esencia de la causalidad es la dependencia que tiene un fenómeno sobre algún otro efecto.

Podemos decir que la causalidad es la conexión o unión entre estados o eventos a través de los cuales un elemento – la causa – bajo ciertas condiciones genera algo más – el efecto.

La causalidad desempeña un papel importante en nuestra precisión e interpretación del mundo que nos rodea. Nuestra habilidad para actuar en el mundo depende de la forma en la que relacionamos las cosas entre sí; cómo actúan e interactúan.

En la vida cotidiana, los seres vivos se basan en los supuesto de la causalidad constantemente; en los círculos académicos la mayor parte de la la ciencia se considera el estudio sistemático de las relaciones de causa y efecto.

Percibir la causalidad implica realizar un proceso de inferencia inductiva. El proceso básico de inducción  consiste en la  inferencia de un grupo de elementos, que tienen algo en común, para realizar una generalización, a partir de nuestra observación, considerada verdadera para todas las instancias posibles.

Creamos las generalizaciones a a partir de un conjunto de experiencias pasadas que trasladamos a  un conjunto global. Proyectamos eventos pasados de nuestra experiencia a eventos futuros a través de la expectación.

Si vemos como una pelota cada vez que se golpea sigue una dirección distinta, asumimos que así será para todos los casos posibles; gracias a  la inferencia deductiva, la cual crea la percepción de que hay una relación causal entre estos hechos.

A pesar de que la causa y el efecto sean asimilados como características centrales de nuestro mundo, en realidad solo son asociaciones que hacemos entre eventos. El filósofo David Hume demostró que no había conexiones necesarias entre eventos en este mundo, en sus propias palabras:

“todos los eventos parecen estar completamente  sueltos y separados. Un evento sigue a otro, pero nunca podemos observar ninguna vínculo entre ellos. Parecen estar unidos pero nunca conectados.”

 

Percibimos la causa y el efecto y lo extrapolamos para inferir relaciones causa efecto de aquello que no podemos ver: como los agujeros negros, quarks o eventos en el futuro. Por supuesto cuando generalizamos estamos yendo más allá de la evidencia.

Nuestra conclusión cubre hechos que no apreciamos o no podemos conocer. La salida y la puesta del sol en ocasiones pasadas no garantiza que el saldrá saldrá mañana.

Linealidad y No linealidad

Las concepciones de causalidad pueden ser divididas entre lineal y no lineal.

La causalidad lineal es la idea de que la causa y el efecto siguen una única dirección entre eventos, desde A (la causa), hacia B (el efecto); por lo que para cada efecto hay un único o limitado número de causas.

La causalidad no lineal es la idea de que la causalidad pueda seguir un camino bidireccional desde A hacia B o desde B hacia A, o incluso ambos al mismo tiempo y que, además, pueda haber un número ilimitado de causas para un efecto determinado.

Causalidad Lineal

Con la causalidad lineal se puede apreciar una unión directa entre causa y efecto, la causa precede al efecto según patrones secuenciales.

La causalidad lineal tiene un principio y un fin bien definidos. Hay una o limitadas causas posibles para cada efecto; las uniones adicionales de causas y efectos crean una línea o un patrón de causalidad de efecto domino.

Las ideas centrales detrás de la causalidad linear están recogidas en lo que se llama el axioma de la causalidad.

El Axioma de la Causalidad

El Axioma de la Causalidad es una proposición según la cual todo en el Universo tiene una causa, la cual es evento de otra causa previa.

Esto significa que, si ocurre un acontecimiento dado, éste es el resultado de otro evento previo y relacionado. Si un objeto se encuentra en un estado particular, entonces ese estado es una consecuencia de la interacción previa de ese objeto con otro.

Platón afirma esto en Timeo cuando escribe

“Todo lo que nace proviene necesariamente de una causa; pues sin causa nada puede tener origen.”

Los tres criterios para establecer la causa y efecto linear son correspondencia, precedencia temporal y que haya una relación no espuria.

Correspondencia 

El primer paso en establecer una causalidad lineal es demostrar la existencia de la correspondencia o la  asociación. Esto significa preguntarnos si existe algún tipo de relación entre la variable independiente y la dependiente.

La correspondencia o correlación significa que la causa y el efecto ocurren dentro de una unidad de análisis. Por ejemplo, ser expuesto al frío te hace estar más enfermo, así que las personas que están expuestas al frío se enferman más.

Precedencia temporal

La precedencia temporal significa que la causa debe necesariamente ocurrir antes que el efecto. Si uno quiere decir que ser bien educado hace que uno gane un salario alto, entonces la causa es la educación, la cual debe preceder el efecto de ganar un salario alto.

 Eliminación de alternativas

Existe una relación espuria o falsa cuando lo que parece ser una asociación entre las dos variables es realmente causada por una tercera variable extraña. Esto se encuentra recogido en el refrán «La correlación no implica causalidad«, una frase usada para enfatizar que una correlación entre dos variables no significa que una provoque  la otra.

Por ejemplo, se podría establecer una falsa correlación entre la cantidad de helados vendidos y la venta de gafas de sol. Existe una variable oculta, la temperatura, que provoca el  que ambos cambien juntos sin la existencia de  una relación directa de causa y efecto entre ellas.

Análisis

La causalidad lineal es una piedra angular del enfoque analítico reduccionista y la búsqueda de estas causas lineales son, ahora,  una parte central de la ciencia moderna.

Este proceso de investigación se lleva a cabo definiendo un sistema cerrado y aislándolo, entonces las interacciones lineales de causa y efecto se buscan como una explicación de cómo se comportan los elementos en el sistema.

Dentro de este paradigma se observan relaciones de causa y efecto que se mueven en una dirección ascendente, y no en la dirección inversa; Los fenómenos de menor nivel son vistos como causantes de eventos de nivel superior.

Por ejemplo, al preguntar por qué el cuerpo funciona como lo hace, nos referiremos a las partes constituyentes internas de los órganos y tejidos para derivar una relación causal ascendente, en lugar de buscar una causa dentro del entorno del sistema, lo que sería una forma de causalidad descendente.

La causalidad lineal conduce a la concepción del determinismo, ya que define un sistema cerrado y reduce el número de causas a un conjunto limitado que actúa en una sola dirección.

El reduccionismo y la causalidad lineal tratan de reducir la causa de un efecto a un número único o limitado de determinantes, y cuanto menos componentes determinantes, mayor es el determinismo.

Causalidad no lineal

La causalidad no lineal ve la causación fluyendo de una forma bidireccional o multidireccional.

La causalidad no lineal implica procesos cíclicos en donde un elemento  afecta a otro que a su vez afecta a primero; aunque esta cadena de eventos que conduce a la retroalimentación puede ser mediada a través de varios eventos o durante un período prolongado.

La causalidad no lineal es parte del paradigma holístico, sintético que mira los sistemas dentro de su contexto o ambiente. Como tal, se centra mucho más en la causalidad a la baja, observando cómo el medio ambiente provoca el comportamiento en el sistema.

El paradigma holístico postula que los efectos pueden ser el producto de muchas causas. Para obtener una comprensión completa del efecto no es necesario profundizar en encontrar una sola causa, sino en lugar de mirar múltiples factores diferentes y ver cómo interactúan para dar lugar a los resultados como un fenómeno emergente.

En el modelo lineal, la relación entre causa y efecto se ve derivada de uno de los componentes que afectan a otro.

Dentro del enfoque del pensamiento sistémico, la relación entre las partes se ve para crear el efecto. Por ejemplo, desde esta perspectiva, no es que una sustancia química haga que otra persona reaccione de una manera particular, es, de hecho, el tipo de relación entre ellas la que genera la aparición de un determinado tipo de resultado.

Con la causalidad no lineal, la causa y el efecto pueden influir en ambas direcciones a través del tiempo. Sin embargo, esto requiere algún tipo de sistema de control involucrado. Los procesos puramente físicos resultan en un flujo unidireccional a la causalidad. Pero una vez que hay un sistema de control involucrado, se puede definir algún futuro estado deseado – el objetivo – y luego afectar los eventos en el presente basado en el futuro.

Por ejemplo, si debo gastar mucho dinero ahora puede depender de si pienso o no que me pagarán al final de la semana. Así, con causalidad no lineal, las causas de los eventos pueden derivarse, al menos parcialmente, del futuro. Esto parece ser posible solo bajo la condición de comportamiento orientado por objetivos, donde los acontecimientos actuales son controlados por proyecciones que rodean algún objetivo en el futuro.

En el siguiente video, profundizaremos más en la causalidad no lineal mientras hablamos más acerca del no determinismo, la causalidad a la baja y la equifinalidad.