Las Edades de Sapiens, escrito por Ana Campos, será el próximo libro publicado por la Editorial Sicomoro. La presentación de la obra tendrá lugar el próximo 24 de mayo, a las 19:00 horas, en el Salón de Actos del Museo de Ciencias Naturales Naturales de Madrid. Os invitamos a leer su prefacio, donde la autora nos explica el objetivo y estructura del texto.

 

Creer es crear al mismo tiempo. Creer es caminar hacia adelante. Crear el siguiente escalón sobre el vacío. Es crear de la nada otra realidad.

Cuando cambio las formas de ver las cosas, desde el otro lado, la realidad de las cosas se transforma.

Donde se pone la mirada es a donde entregamos la luz de la creación. Si enfocamos hacia la luz, la vida se ilumina de colores.

Santiago Pando

El libro que tienes entre tus manos es un libro de viajes. Concretamente narra el apasionante viaje que la humanidad emprendió hace dos millones y medio de años, en el que tú y yo somos compañeros junto al resto de seres humanos. Ha sido una larga travesía que nos ha llevado de aventurarnos en la sabana africana a caminar por la luna, una auténtica odisea que está muy lejos de haber concluido.

Desde los albores de los tiempos la humanidad ha estado continuamente en marcha, tal y como lo está todo en el Universo conocido. Nada es permanente, nada es inmutable, nada es eterno. Todo cambia continuamente como cambia el paisaje que se vislumbra desde la ventanilla de un tren en marcha. Un viaje evolutivo que es en sí mismo el único hecho que permanece inalterable a lo largo del tiempo. Un viaje que, como cualquier otro, está compuesto por etapas, por viajes dentro del viaje que presentan sus propios retos, dificultades, peligros y recompensas.

Los monstruos marinos adornaron los mapas cartográficos desde el siglo X hasta el siglo XVII, ilustrando las regiones oceánicas inexploradas como advertencia a los peligros desconocidos que los navegantes podrían encontrar en ellas. Eran monstruos cuya existencia estaba salpimentada de un cierto trasfondo de realidad pese a ser producto de mitos y leyendas, como el de esas ballenas gigantescas capaces de arrastrar tras de sí a los barcos hasta los abismos marinos. Hoy, avanzando por el siglo XXI, la humanidad parece haber comenzado una nueva etapa de su milenario viaje adentrándose en una zona inexplorada para la que no dispone de mapa alguno. Una zona donde son muchos los que advierten de la existencia de monstruos y dragones ávidos de devorarnos y hundirnos en las profundidades.

Es un secreto a voces que nos encontramos ante una situación disruptiva producto de un cambio de rumbo en nuestro viaje común. Son muchas y muy variadas las señales que dan constancia del inicio de la nueva etapa, como muchos son los motivos que la han originado y que han venido germinando desde hace tiempo, entre los que destacan por su impacto la revolución tecnológica y el cambio climático. Pese a ello, podemos afirmar, sin lugar a dudas, que ha sido un cambio de dirección inesperado para una amplia mayoría de los viajeros que se han visto, de un día para el siguiente, navegando rumbo a una terra ignota por unos mares donde los instrumentos de abordo parecen haber dejado de funcionar, y aparentemente sin posibilidad alguna de dar marcha atrás. Esto hay que admitir que genera preocupación, o directamente miedo.

Este libro trata sobre sobre las etapas del viaje que ya han sido culminadas, y de la nueva etapa a la que nos enfrentamos camino de esa terra ignota. De los logros que hemos alcanzado junto a los múltiples sufrimientos dejados atrás, y de los peligros que nos acechan en este nuevo viaje hacia esa tierra llena de tesoros que nos deberíamos prometer a nosotros mismos. Porque no debemos olvidar que creer es crear, como advierte Santiago Pando en la cita con la que comenzamos el libro retomando una antiquísima y sabia enseñanza maya.

Para analizar el viaje, los senderos transitados, las veces que nos hemos caído por pura imprudencia para tener que volver a levantarnos, los zigzags absurdos, las buenas risas y los muchos llantos, es necesario entendernos a nosotros mismos: lo que sentimos, lo que buscamos, lo que deseamos, lo que nos hace felices y lo que nos hace desgraciados. En definitiva, es necesario tratar de entender lo que somos.

¿Qué somos? Esta es una pregunta de respuesta dificilísima, de las más complejas que podemos hacernos. Sabemos que somos seres vivos con capacidades cognitivas que nos permiten razonar desde la plataforma de la lógica, dotados de algo muy especial a lo que llamamos sensibilidad que nos faculta para sentir emociones, que a veces son placenteras y en otras son dolorosas. Emociones que van sedimentando el poso agridulce de felicidad y sufrimiento en el que transcurre nuestra vida. También sabemos que nacemos y que algún día moriremos, como le ocurre a todoen el universo conocido, tanto lo vivo como lo aparentemente inerte.

Pero hay cosas fundamentales que desconocemos: no sabemos por qué somos, ni para qué somos. Ni dónde estábamos antes de nacer (si es que estábamos en algún sitio), ni a dónde iremos después de morir (si es que vamos a alguna parte). Somos conscientes de una realidad abrumadora que ni comprendemos en toda su profundidad, ni muchísimo menos somos capaces de controlar. Y eso da miedo. O, mejor dicho: es verdaderamente aterrador. Hemos constatado que existe el sufrimiento y queremos evitarlo a toda costa. Pero no sabemos cómo. También hemos disfrutado de momentos de felicidad y queremos afianzarlos en nuestra vida. Pero tampoco sabemos cómo. Con los años aprendemos a valernos de trucos y artimañas que nos alejan del dolor mientras perseguimos los buenos momentos, pero nunca son recetas infalibles.

La incertidumbre es omnipresente en nuestras vidas, generándonos un profundo desasosiego. Todos nos manejamos muy mal con la inseguridad, hasta el punto de que nuestra forma habitual de combatirla es tratando de encontrar certezasa las que aferrarnos. Evidentemente, cualquier explicación no nos es válida: para ser efectivas, las certezas deben tener un nivel de complejidad que corra parejo al grado de sofisticación de nuestra percepción de la realidad, es decir, de la perspicacia con la que observemos el mundo exterior, y de la profundidad de nuestra mirada interior. Es en este mundo de certezas, en nuestro particular universo de verdades,donde encontramos los cimientos sobre los que hemos ido afianzando nuestra historia común. La brújula que nos ha orientado a través de valles, montañas y océanos.

Las verdades en las que colectivamente hemos creído han iluminado el sendero de nuestro devenir, aunque esto es algo que no debería sorprendernos: a lo largo de nuestro apasionante viaje común, en cada momento hemos ido creandoaquello en lo que hemos creído. La brújula que orienta nuestra vida, que no es otra que nuestro marco común de certezas, nos ha conducido por el único camino posible, aquel que hemos ido construyendo con cada uno de los pasos que hemos ido dando.

 

Para sumergirnos en el apasionante viaje de Sapiens tratando de entender los cómos y los porqués de cada senda, vereda y camino transitado, el libro se ha estructurado en torno a cinco espacios de reflexión en los que se mapean las distintas etapas del viaje mediante el análisis de hechos y datos, que son proyectados en el último espacio hacia ese futuro lleno de incógnitas en el que ya nos adentramos.

El primer espacio de reflexión está dedicado a contextualizar el análisis que se realiza en los siguientes. Hablamos en él de la vida y de la conciencia, resumimos los niveles de las estructuras mentales de Ken Wilber, y desarrollamos los fundamentos del universo de verdadesde Sapiens, el conjunto de certezas que le han hecho de brújula en su transitar por la vida.

Los dos siguientes espacios están dedicados al pasado, distinguiendo el que hemos llamado remoto del reciente. El primero de ellos trata sobre la larga travesía del hombre durante el pleistoceno, un periodo que se extiende a lo largo de más de dos millones de años en el que vieron la luz más de 15 especies de homos con un nivel de sofisticación creciente. Sólo una conseguirá llegar al final de esta primera gran aventura para enfrentarse a la siguiente etapa del viaje: nosotros, el homo Sapiens.

El siguiente espacio, dedicado al pasado reciente, resume brevemente la apasionante historia vivida durante el holoceno, la siguiente época geológica del periodo cuaternario. La división del pasado en dos etapas delimitadas por la época geológica no es casual: como veremos, las condiciones geoclimáticas han sido decisivas para el desarrollo de la civilización humana. Sin la alta estabilidad de la temperatura media anual alrededor de valores suaves y favorables para la agricultura de la que hemos disfrutado desde el inicio del holoceno, punto de arranque de la revolución neolítica, es muy difícil entender la emergencia de la civilización.

A continuación, nos detendremos a repasar el mapa de la situación actual en un espacio que hemos denominado antropoceno, haciéndonos eco del inicio de la nueva época geológica que ya anuncian los científicos. El cambio climático que se materializa por momentos, de cuya génesis la mano del hombre ciertamente no es ajena, inaugura esta nueva etapa cuyo desarrollo futuro es incierto. De hecho, mientras la comunidad científica debate sobre la emergencia formaldel antropoceno, la sociedad discute sobre avances tecnológicos disruptivos, cambios de paradigma, agotamiento de los modelos políticos y económicos, crisis financieras y de valores, globalización… El siglo XXI ha arrancado entre la incertidumbre y el desconcierto, repleto de inseguridades, de falsas arrogancias y de no poca autocomplacencia. Un complejo cóctel que se adereza con la violencia que azota a amplias zonas del planeta, y la enorme desigualdad social tanto entre países como interna a los países, convertida en mal endémico.

¿Qué nos depara el futuro? ¿Qué hay más allá de este océano turbulento en el que nos adentramos, sorteando serpientes marinas y seductores cantos de sirenas llenos de falsas promesas? ¿Cómo es esa terra ignotaque debemos prometernos a nosotros mismos, que debemos crear mientras la creemos? En el último espacio del libro esbozamos un ejercicio de meteorología social mediante el cual trataremos de anticipar cómo podría ser ese nuevo mundo al que ya se encamina, imparable, la humanidad.

Siguiendo la sabia recomendación de los filósofos clásicos cuando nos dicen aquello de “conócete a ti mismo”, utilizaremos la inestimable ayuda de la traza histórica para tratar de comprender quiénes somos. Es en base a este conocimiento de nosotros mismosque se desgrana del análisis histórico, como trataremos de proyectar la situación actual hacia ese futuro incierto sobre bases fundamentadas. Al hacerlo así veremos cómo, a pesar de lo inquietante de la situación actual, merecedora de la máxima preocupación, no es en absoluto desatinado apostar por el optimismo.

Y es que, entre las oscuras nubes que presagian tormenta, se percibe una brisa fresca y limpia que va ganando en intensidad, mientras le planta cara al frente.